El Slow Furniture se define como una concepción más ética en cuanto al diseño y la fabricación de mobiliario que emplea materiales reciclados y procesos artesanales, haciendo que el consumo no sea sinónimo de agotamiento de recursos naturales, sino más bien una forma de expresión de nuestra identidad individual y colectiva y el desarrollo de una conciencia «más verde».
Hacer que piezas de mobiliario recobren nueva vida en el que se emplean pinturas ecológicas, participa de esta conciencia.